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Proyecto Marte

Aquí os dejamos nuestra reseña de Proyecto Marte de L. J. Salart

Que Proyecto Marte recuerde a La Fundación de Asimov no es casualidad, como explica L. J. Salart hablando de sus influencias. Y la comparación tampoco le quita mérito a esta obra. La verdad es que es difícil ser original en literatura, pero, incluso con estas resonancias a clásicos del género, el libro te va a sorprender, y mucho, para bien.

La expansión como búsqueda de un sentimiento colectivo, la frontera, la exploración, son temas clásicos dentro de la literatura universal. Buscar objetivos comunales es sinónimo de paz, y la estabilidad y la falta de propósito de guerra e inestabilidad. Así queda resumida de forma muy generalizada la historia de la humanidad. Un elemento que utiliza muy bien el autor para crear una proyección de la historia futura en un escenario de ciencia ficción. Este es uno de tantos futuros posibles.

Escritor ciencia ficción Proyecto Marte

Aprovechándose de esto, Salart toma la terraformación de Marte como ese elemento que sirve de objetivo común a la sociedad. Así, la colonización del planeta rojo le servirá para explorar el desarrollo de esta sociedad a lo largo de su historia. Mostrando, además, la capacidad del ser humano para ofrecer su mejor versión cuando trabaja por un mismo fin, y la peor cuando se impone la ignorancia.

Proyecto Marte pone sobre la mesa muchos otros temas estudiados por la ciencia ficción, entre los que cabe destacar la evolución de las inteligencias artificiales y su relación con el ser humano. El sentimiento de comunidad cambia radicalmente, también, a través de la unión simbiótica de la unidad de inteligencia artificial JDC6000 y una mente humana. De esta forma, esa posible sociedad futura participa de una especie de mente colectiva conectada a través de la nube. La inteligencia artificial no se convierte, por lo tanto, en una especie de réplica del ser humano, sino en una parte más de nuestra mente.

Salart mantiene cierto optimismo a la hora de presentar la exploración y la terraformación de nuevos mundos como forma de crear unidad en nuestra sociedad, pero no de una forma ingenua. En esta obra, incluso en las sociedades donde la conciencia comunal es más hegemónica, existirá la divergencia y el fanatismo. La condición humana y nuestras idiocias parecen escapar siempre al progreso y la evolución. Por eso, el autoritarismo, el uso de la violencia y las fobias a quienes son diferentes son tan difíciles de erradicar como de tolerar.

Proyecto Marte es una maravilla formal en la que pequeños fragmentos consiguen pintar un cuadro nítido y congruente. L. J. Salart toma mucho del imaginario cultural popular para crear referencias que mantengan tu atención y conexión con el texto y la historia. De esta forma, el extrañamiento propio de la ciencia ficción y la empatía con el texto mantienen un equilibrio perfecto.

Esta es una obra cuya coherencia narrativa consigue crear un sentimiento de unidad admirable. Un libro entretenido y a la vez refrescante por su forma y estructura. Una forma muy moderna de leer ciencia ficción clásica.

De qué va

Tras la gran hecatombe que acaba con la configuración del planeta tierra tal y como lo conocemos, la humanidad busca nuevos objetivos y desafíos como comunidad. El proyecto de terraformación de Marte se ha convertido en la gran esperanza humana. La primera colonia extraterrestre será el nuevo mundo en el que empezar de cero tras el fracaso en la tierra.

En torno al momento en el que la pequeña Usha Leber respira el aire de Marte por primera vez, la narración dará saltos al futuro o pasado de la historia de la humanidad. De esta forma, Proyecto Marte se convierte en la historia del ser humano y su evolución como sociedad en torno a la exploración espacial.

Pequeños fragmentos que ofrecerán una imagen global de la historia posible del ser humano. Pero, sobre todo, una obra para disfrutar, y mucho, de lo mejor de la ciencia ficción de una forma familiar y amena.

Si quieres saber algo más sobre el libro, aquí te dejamos una interesante reseña de Daniel Pérez Castrillón (@Mangrii) al respecto.